jueves, 29 de marzo de 2018

EL TONTO.

Cuando me descuelgo de las certezas
de lo que simulo ignorar
aparece el incomodo de descubrir
que uno se entera de aquello
con lo que no se cuenta.

Y no es aquello lo que hiere
sino la condición de imbécil
que se te adjudica.

Siendo norma por repetida,
duele ya la cuchillada
al roce reiterado.

Soy el tonto,
incómodo a veces
pero llevadero,
pintoresco en el berrinche
mientras se me hurtan razones
pues, qué más dará
lo que yo opine
si se hará a contrapelo,
quiera o deniegue.

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