jueves, 12 de octubre de 2017

MEMORIAS DE PINOCHIO.

Desato las ligaduras
que, de títere, me sostienen
y caigo como muñeco roto,
madera mentirosa,
hija de un carpintero loco.

Niño no pude ser,
casi fui leña
sin madrina que me encarnara.

Pasé por asno,
camuflado entre rufianes
y el vientre de la ballena
nunca fue hospitalario. 

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