miércoles, 3 de mayo de 2017

CRUCERO.


Pasajero accidental, 
o quizá no tanto, 
de este buque a la esperanza, 
recorro las cubiertas 
sintiéndome polizón 
entre viajeros terminales. 

Moribundo embarqué, 
con rumbo incierto, 
y ahora veo tierra 
que oferta amarre, 
buen puerto parece 
para un bucanero 
venido a menos. 

Navío de hormigón, 
cristal y acero, 
con bandera de lo humano, 
tripulado por gentes 
reclutadas en la ciencia 
de navegar eludiendo muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...