domingo, 23 de abril de 2017

SINOPSIS.

Tras padecer infancia 
donde el miedo sonaba 
a cerradura intempestiva, 
refugiándome en islas 
de tesoros inciertos 
a letra impresa, 
mis labios torpes 
supieron del beso. 

La voluta de algún humo prohibido
rizó mi ánimo en los años tempranos. 

A fuerza de luces, 
me desnudé de mitos y pánicos sagrados 
y nadé en arroyos de piel prójima, 
buscando almas,  
hastá que desvelé la estafa 
de la pasión primate. 

Sé a qué huele 
el aliento de la muerte, 
que no es más 
que el deshilachado cabo 
del cordón trenzado. 

Casi nunca gana el bueno 
y el placer no es culpable. 

No hay justicia 
que por poética se defina 
y quien bien te quiere 
rara vez te hará llorar.

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