A la espera de un vuelo,
un viento favorable,
un soplo fresco
que barra la quietud
de este ansia estancada.
Sólo veo
palomas indigentes,
tullidas y criminales
a ras de suelo polvoriento,
siendo el aire nube
y la nube cemento intransitable.
Recibo palabras con recargo
mientras anhelo silencios tibios
donde colgar mi chaqueta
con los bolsillos atestados
de piedras de río.
Con vocación de cúpula,
de estar acotado
y no abandonado
en la inmensidad que me consta,
soy también presa del miedo
de no ser nada
en este todo inabarcable.
La luz es siempre intermitente,
fugaz y huidiza,
mientras el horizonte devora
todo camino por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.