martes, 21 de junio de 2016

VUELO Y GIRO.

Volando voy.



Con las alturas soñamos 
y simulamos las órbitas. 

Vuelo en anhelo, 
levedad ansiada. 

El giro nos condiciona 
y hacia el ciclo va la inercia 
de nuestro transcurrir fallido. 

Afán de ángeles huérfanos, 
alados y justicieros, 
guardianes de lo mortal, 
lo efímero y certero. 

El tiempo, 
presuntamente circular, 
nos devuelve artefactos 
en que retar lo humano. 

Centrífugos, 
prófugos hacia la estrella 
cuyo polvo nos forja. 

Rueda, 
gira, 
danza en el rito circular
de la esfera peregrina. 

lunes, 20 de junio de 2016

MITO Y OFRENDA.

Pendiente del acertijo.
Del laberinto, inquilino.
De los oráculos,
nunca pendiente.

Pueden cantar millares
de sirenas varadas
las letanías más hipnóticas
que yo haré alarde de la sordera.

No perseguiré más vellocino
que la piel dorada
de unos muslos gratos.

Ni héroe
ni bastardo de algún dios.

Soy el animal domado
a látigo de labios
y cintura hospitalaria.

Soy sed ansiosa,
nunca mitigada,
pues en mi garganta habitan
infiernos sin barquero.

Dame la boca en ofrenda
y se obrará el milagro
más pagano,
más humano,
más digno de todo sacrificio. 

viernes, 17 de junio de 2016

SAN XUAN 2016.

Pareciera que el río trae la fiesta
a esta ciudad apeadero,
o quizá sea la nube,
la familiar que nos fumiga
con frías aguas tardías,
extemporáneas como las visitas.
Ya resuenan ritmos de braga sucia
entre los tornillos oxidados
de las máquinas homicidas,
las que ya arraigan en el lodazal
de la maltratada Mayacina
para retar gravedades,
haciendo alarde de lo centrífugo.
Huele a verbena embotellada,
a pregón melífluo,
a costero entibando el aire.
Viene San Xuan,
el bautista,
al que la pagana hoguera honra
quemando las esperanzas
de las promesas rotas.
Pintaremos el firmamento
de coloridas explosiones
que mueren en caída libre,
lágrimas de fuego
sobre la ciudad llorada.
Mieres del Camino,
más camino que Mieres,
goza en el solsticio
y danza en órbita ante la llama.

miércoles, 15 de junio de 2016

VERSÍCULOS EN ROJO

Del filo del cuchillo
a la punta de la bala,
los dioses muertos
asestan azotes de barbarie
sobre el hombre inocente,
ajeno a los pecados.
Derramar sangre
en nombre de ficciones,
rito de la bestia hostigada
por versículos embusteros.
Muchas lágrimas quedan
hasta la victoria final
sobre la superstición
que aun nos atenaza. 

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...