sábado, 23 de abril de 2016

PRETENCIOSO MONÓLOGO DEL CABALLERO IMPOSTADO.

Misterio parece,
amigo Sancho,
el afán humano
por ajar lo bello,
cual si ya no fuera efímera
toda vida siempre breve.
Porque el hombre
la flor corta,
asesinándola en plenitud,
para decorar por horas
su aposento gris,
o para agasajar doncella,
dama o meretriz,
con el fin último
de la carnal confluencia.
Todo viene de ahí,
querido Sancho,
de los instintos bajos
del animal que nos habita,
como si la vida dependiera
de saciar los apetitos,
sin más contemplación
por el mal hecho
a tal propósito.
Mas no creas,
viejo amigo,
que será este hidalgo
quien condene los placeres,
que son almíbar
en el tránsito amargo
hacia el final suspiro,
mas la belleza no debe
sacrificarse a la apetencia,
pues observar lo bello,
placer es donde los haya. 

martes, 19 de abril de 2016

ANDANZAS.

Peregrino en las cinturas,
entre muslos, refugiado,
de malos vientres, exiliado,
en algún lecho la impostura
porque latir es un engaño
que finje la encarnadura
y la vida es menos dura
sin soldar a puro estaño.
En alcobas dejé prendas,
jirones de aquellos años,
cuando bebía en los caños
de fuentes de las haciendas
que yo allanaba alevoso,
como rufián pretencioso
que cabalgaba sin riendas
en dirección a El Toboso,
para raptar Dulcineas
o alguna Aldonza, más fea,
tampoco fui escrupuloso.
Y puede que no me crea,
convencerle no es mi afán,
cómaselo con su pan
que a mí ya el tiempo me arrea
y puede que en un chaflán
emboscada esté mi hora,
y aunque busque la demora
el resistirse no es plan.

domingo, 10 de abril de 2016

FLOR EN LA ESCOMBRERA.

Otro domingo a la espalda, 
teñido de sol miedoso,  
y en la garganta ese poso 
de café viejo y canalla, 
el cigarrillo alevoso
tras la tostada cerveza, 
todo acaba, nada empieza, 
en este día casposo. 
Para aliviar mi cabeza, 
vierto rimas a granel 
sobre invisible papel 
de virtuales certezas. 
Cuando se escarcha la miel,  
en el frasco de a diario, 
escapar del vecindario 
te protege más la piel 
de la hoja de calendario 
que ignora las primaveras, 
estrechando las aceras 
de la calle del calvario. 
Por eso llevo a mi vera 
cámara con objetivo, 
el ojo más subjetivo 
que ve flor en la escombrera. 

viernes, 8 de abril de 2016

DE NUEVO CUÑO.




Quisiera ser de nuevo cuño, 
recién llegado, 
fresca llovizna en la tierra vieja, 
mas no podrá ser. 
Tiempo llevo ya en la escena, 
cual perchero ignorado, 
y la corteza arreció 
en torno a mis savias. 
Sobrado tránsito 
para nuevo sello 
en este viciado envoltorio 
que no aparcó en consignas. 
Envidia de la esperanza, 
del entusiasmo iluso 
que ya no cuaja en mis costuras. 
Quisiera no pecar tanto de resabiado, 
que los himnos nuevos me elevaran 
en levitación sobre banderas de concordia, 
mas los himnos huelen a templo 
y las banderas son mordaza, 
coraza para los miedos 
que yo, 
a éstas alturas, 
no padezco. 
Aun así, 
a regañadiente leve, 
como perro viejo, 
dejadme ver otra cosa 
que ya bien estuvo de tanto mal, 
y no hubo fracaso 
que mejora no aportara. 

Sonata de primavera.

Recién salida de la crisálida,
cromática en insolencia,
revolotea estruendosa,
ajena a todo contexto.
La mariposa malva,
que revista pasa
a las flores genuflexas
que sus cálices otorgan sumisas
a la beldad aparente,
no sabe de otra cosa.
Que sabrá de lo efímero
del vano esplendor,
ni de las telas de araña
de adherencia insalvable.
Qué sabrá de las alturas
plagadas de pájaros voraces
de color y almíbar.
El fulgor de los objetos
de posesión instantánea,
la risa fácil
y la caricia grata,
narcotizan el vuelo
entre pólenes tóxicos
de primavera alérgena.
Rechaza toda idea
de estaciones menos gratas,
despreciando elementos
que anuncien peores climas.
Mas no todo es aleteo,
la llovizna es implacable
y los vientos cargan sal
de crueles oleajes remotos. 

jueves, 7 de abril de 2016

DESARBOLADO.

Miro el agua que se desploma
como el que ve llover,
porque ahora llueve,
y las luces desteñidas
de las gentes átonas
bajo paraguas sumisos.
Me emborracho de desidia,
seca, en vaso ancho,
sin hielo,
ignorando el orbe
que me transporta.
Esta pereza vital,
diurna y diaria,
que me roba primaveras
donde escasean las flores
de luz nocturna,
es la camisa que plancho
cada mañana.
Miro los charcos
deformando los reflejos
en perfectas órbitas,
ondulando lo cierto,
siempre concéntrico
y centrífugo.
A veces despierto,
sólo para preguntarme
esas verdades sin respuesta
que me anclan al asfalto
como un velero viejo,
desarbolado. 

miércoles, 6 de abril de 2016

LOS MOMENTOS QUE ME APARTO.

Calle Avilés


Los momentos que me aparto
no son de retirada,
son de aire ante el ahogo,
cuando los sonidos engrasan
mi cuero permeable.
Las fugas,
las ausencias de presente cuerpo
y pasada idea;
el no estar en lo inestable,
no transigir con el bullicio
de los ritmos de culo en pompa
ni con vecinos paranoicos
de televisadas escaleras;
es todo más que necesario
para no despertar el grito.
El aullido que me habita,
latente y rabioso,
me muerde a cada poco
esta entraña erosionada
de arenas de todo viento
que el mapa me recorre.
Sé bien que hay quien me sufre,
quien padece la anomalía
del lobo desterrado,
sin entender de curas
para lo incurable.
Porque yo vivo en la huída,
furtivo en todo túnel,
fueron varios los alambres necios
que segué a mordiscos.



lunes, 4 de abril de 2016

LO RUINOSO.

La flor de la canela.

Tiene lo ruinoso 
de la edad que avanza, 
un regusto amargo 
de escombro venidero. 
Belleza sellada 
por el polvo cruento, 
lo inhabitado, 
desierto sin duna 
que el prójimo ignora 
en su tránsito de rutina. 
Perecedero todo, 
la música tañida 
en telaraña arcaica 
es trasfondo, 
banda sonora 
de escena final, 
fundido en negro. 

domingo, 3 de abril de 2016

La buena hora.

La buena hora del día
es la del rayo furtivo
que en la persiana se filtra
y te regala beso leve
de luz templada.
La buena hora
es la que no transcurre,
la que se estanca
en el vuelo de tu mente
por países recónditos.
La buena hora,
huérfana de reloj,
es la de la piel de incendio
y saliva volcánica.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...