sábado, 28 de noviembre de 2015

Me llamas, Madrid.

Nuevamente me centro
y al centro acudo,
a la ciudad de luces
y de sombras puras
que atraparon jirones
de mi piel violenta
por las aceras más improbables.
Madrid me llama
y a la cita acudo,
con la cincuentena a cuestas,
sereno y cicatrizado,
al lugar donde el pánico
me abordó en hospital infantil.
Navegaré la Gran Vía,
multicolor río
torrencial de humanos
y respiraré los humos
de la metrópoli magna
donde la fritanga pervive.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Estúpido planeta.

En este planeta estúpido,
anomalía del universo conocido,
caminamos la rueda
mientras los niños muerden amapolas,
por no comerse la carne del engendro,
voraces bestias que pretendemos en vitrina.
Cuánto hartazgo de especie,
necia en lo primate,
y lo cruel me invade,
racional y psicópata,


viernes, 20 de noviembre de 2015

VIERNES

Escaños.
Qué decir de este día, 
que se desploma bajo la luz silente 
del frío más perezoso. 
Viernes es, 
el de las promesas falsas, 
que de mañana ya huele 
a cerveza nocturna 
y a perfumes transeúntes. 
Por fin es, algunos dicen, 
en periódico ciclo 
como si la vida cambiara en esencia 
por un asueto breve, 
probablemente fallido. 
Viernes hay de dolores 
y de consuelo de tontos, 
pues tontos somos 
en la arquitectura de los almanaques. 
Desde las laborales celdas 
a las ventanas clamamos, 
queriendo cazar el aire 
de alguna falda voladiza 
de quien transita este viernes.  

sábado, 14 de noviembre de 2015

PARÍS

Hombres negros de dioses en la boca
infestan el Sena de peces carnívoros
de odio de plomo.
La sangre libre riega los surcos
donde la libertad germinó.
Europa herida,
África agonizante,
y las mareas del pánico
se cruzan en las alambradas,
igualadas en lo atónito
por el terror en versículos.
Pájaros negros atusan sus alas
y la sombra se cierne
sobre los fuegos inminentes.
Nada cambia cuando la sangre es río,
y la sangre suele
reclamar hogueras
que no nos salvan de nosotros.

viernes, 13 de noviembre de 2015

RESBALADIZAS CALLES.

Calle Covadonga.

Resbaladizas son las calles de humedad vestidas. 
Calles que a los templos llevan, 
aun ignorados, 
templos muertos
con soberbias atalayas de llamada a arrodillarse,  
presidiendo las mañanas 
de domingos no buscados. 
La gente vive, 
pasea, conversa y carga 
con las rutinas leves 
que te anclan a la acera. 
Un contenedor travieso,  
tras la farola oculto,  
juega al escondite 
con el que sólo mira. 
Mira y por mirar no aprende, 
más testifica 
en el proceso largo 
de este crimen de existencia. 



jueves, 12 de noviembre de 2015

RAPSODIA EN ROJO.

En rojo.

En rojo se pinta esta ciudad de manzanas rotas
en borde de vaso fino. 
En rojo se prohíbe y se cierra, 
ordena la parada 
porque en lo estático se instala 
y hacia atrás mira. 
De lo que fue en rojo 
y en rojo se funde. 
En rojo del carbón 
en la cocina del vale 
y en rojo de banderas 
de dos siglos de derrotas. 
Luz roja en la calzada, 
en las aceras luces rojas 
de garrafón y medias baratas 
dónde las penas se ahogaron. 
Queda el bronce, 
nostálgico ornamento, 
rojizo de lloviznas 
y verde de ansiedades. 


martes, 10 de noviembre de 2015

ESTÁN AHÍ.

The visitors


Están ahí, 
apoyados en las barandas de la vida neutra, 
espectadores de tu tránsito por la cinta de este matadero, 
indolentes y entretenidos, 
matando el tiempo a mirada de zoológico 
como si no fueran bestias de evolución corta. 
Instalados en la tribuna oscura, 
negros y opacos como sombras lúgubres, 
sólo el contraluz les delata ahí, 
encorvados y mezquinos, 
testigos de la vida ajena 
tras haber hecho sus camas adúlteras 
y desayunado café prestado. 
Son legión los que miran, 
los que no hablan, 
los que balan cual rebaño, 
sentenciando verdades del arriero 
y haciendo que nada cambie, 
o cambie un poco, 
forma sin fondo, 
silueta, 
poca luz para mejor no ver 
lo que es evidencia a toneladas métricas.



viernes, 6 de noviembre de 2015

MI RUTA.

Hacia la plaza.

Las lineas de carretera que pisé
no recuerdan ya mi ruta, para qué.
No soy más que otro viajero,
vagabundo y pendenciero,
mal aliento de cerveza y de mujer.

No habrá templo que me tenga en un altar,
al blasfemo se le suele condenar,
sólo cumplo penitencia
en celdas de mi conciencia,
ni yo mismo ya me quiero perdonar.

Cierto es que algunos versos regalé,
el talento, aunque escaso, malgasté,
como hice con el dinero,
con la hacienda y los aperos,
la semilla y los poros de mi piel.

En los antros más oscuros yo peleé,
navaja anheló mi carne alguna vez,
mas no quedan cicatrices,
intactas van mis narices,
tuve suerte, o quizá nací de pie.

Entre sábanas no me puedo quejar,
amé mucho y tuve que desamar.
De la miel a la amargura,
de la nube a la locura,
en buen puerto he tenido que atracar.

Y en esta orilla del río me senté,
ni los peces me saludan, no hay por qué,
ya no sé ni lo que espero,
cazo imágenes a dedo,
y las cuelgo de las ramas de un laurel.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...