sábado, 12 de septiembre de 2015

DEJADME.

En dique seco.


Dejadme a mí en la orilla, 
que las corrientes sean vuestras, 
que desde la hierba dorada 
veré vuestros aspavientos torpes 
y las necias brazadas 
hacia ningún lugar, 
con vocación de cieno. 
Dejadme a mí, 
que yo me amarro 
y me humedezco de brisa, 
que al río iré, 
pero desnudo, 
sin pesadas túnicas 
de denominación originaria. 
Seguid los cursos que os marcan, 
extraviaros en los meandros 
entre los juncos de marisma 
y sed eso, 
masa líquida en avenida. 
Soy madera vieja 
de chalupa en dique seco 
y no quiero nombre, 
ni marea que me gobierne. 
Dejadme aparte, 
tendido al sol tardío, 
consciente de los átomos 
y las constelaciones. 

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