sábado, 28 de marzo de 2015

Redoble de patíbulo.

Por qué vetar una fruta 
de un árbol de ciencia infusa, 
pues es el Edén falacia 
y sólo ahora parir es indoloro. 
Por qué heredar delitos, 
culpa y pena por decreto, 
si basta agua conjurada 
para lavar la mancha primigenia. 
Qué sabe un cachorro humano 
del mal de desobediencia 
a una autoridad creativa, 
caprichosa y cruel donde las haya. 
Leyes de piedra, 
diluvios genocidas, 
parricidio inducido, 
plagas racistas 
y un hijo inoculado, 
en vientre virgen pero adúltero, 
que es padre de sí mismo,  
para ser torturado 
y muerto, 
reo de delitos colectivos.
Y así estamos, 
sumisos costaleros 
paseando sangrienta escena, 
alarido roto de duelo culpable 
en las ventanas. 
Boato de poderes dorados 
de mantilla y bastón, 
autolesión del pueblo programada, 
masoquista éxtasis 
de dolor etílico. 
Tambor y corneta, 
cera e incienso, 
máscara y mordaza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...