martes, 13 de agosto de 2013

Víctor

Esperaste para irte
prolongando la agonía
porque tú eras vida.
Vida de aula
y polvo de tiza.
Vida en la sorna,
la retranca alegre
de velada amable,
pitanza y sobremesa
de apuntalar carcajada.
Vida de amigos
a los que atenazabas
a aterciopelado lazo
de nudo eterno.
Siempre ahí,
donde estuvieras,
siempre ahí
aunque no estés.
Desde el golpe rudo
que te sentó en la ausencia
nada pude hablarte
y hoy callado marchaste.
En la memoria te porto,
siempre útil
para esbozar sonrisa.
En la memoria habitas,
Víctor,
mi amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...