Podría usted decirme
por qué me tiene acorralado
en sus palabras difuntas.
No diga nada que todo pesa.
Sus vocales son mis deudas.
Su silencio reactiva.
Pendo de la soga
de su discurso necio
y mutante.
Ya pudrió la promesa
y huele a cadáver cada anuncio.
Libéreme y muera.
Sin rencores se lo digo.
miércoles, 13 de marzo de 2013
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