Me enseñaban, entonces,
que trabajar era el camino,
que la honradez la vestimenta
y la cultura el equipaje.
Ahora el camino es sendero
mientras mi terno se aja
y mi maleta se agrieta
sin etiqueta de embarque.
Mi madre de piel de lejía,
de amoniaco en suelo ajeno,
aquellas cosas decía
sin creerlas, ahora pienso.
que trabajar era el camino,
que la honradez la vestimenta
y la cultura el equipaje.
Ahora el camino es sendero
mientras mi terno se aja
y mi maleta se agrieta
sin etiqueta de embarque.
Mi madre de piel de lejía,
de amoniaco en suelo ajeno,
aquellas cosas decía
sin creerlas, ahora pienso.
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