La puerta falsa,
ciega de no querer,
nunca es salida,
que da al callejón
dónde reinan gatos basureros.
Tras dormir en el cartón
no se simulan noches de suite,
que el cartón tatúa
la miseria en la piel amarilla,
código de barras
de fin de existencias.
Mejor vendría el arrojo,
mostrar la mugre en las uñas
y pedir jabón
para el borrado.
Contar las marcas
del resbalón obviado,
sacar cadáveres a orear
y reescribir los saldos
a cara abierta.
Dispuestos habrá
que siempre hubo
para cruzar umbrales de luz
que se ignoraron
y lavar tinieblas.
Silenciar sólo dilata,
no hay cura
con receta rasgada,
escondida.
Si se tapa el nudo
no es factible el desenlace.
ciega de no querer,
nunca es salida,
que da al callejón
dónde reinan gatos basureros.
Tras dormir en el cartón
no se simulan noches de suite,
que el cartón tatúa
la miseria en la piel amarilla,
código de barras
de fin de existencias.
Mejor vendría el arrojo,
mostrar la mugre en las uñas
y pedir jabón
para el borrado.
Contar las marcas
del resbalón obviado,
sacar cadáveres a orear
y reescribir los saldos
a cara abierta.
Dispuestos habrá
que siempre hubo
para cruzar umbrales de luz
que se ignoraron
y lavar tinieblas.
Silenciar sólo dilata,
no hay cura
con receta rasgada,
escondida.
Si se tapa el nudo
no es factible el desenlace.
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