Me quedo en el umbral de tus pestañas
esperando que destapes la palabra
que envuelta te mandé a fondo perdido,
fue mucho lo que ha llovido,
es mucho lo que me sangra.
Pero puede que no,
que no sea tiempo de palomitas,
batallas griegas en la salita,
y algún naufragio en el comedor.
Pero puede que no,
que no haya muertos en la nevera,
ni pistoleros por las aceras
pendientes de este viejo reloj.
Cartero rellamando a dos nudillos,
la harina en la cocina y el pasillo,
tu falda se repliega a mi tropiezo,
asesinas mi beso,
a tu vientre me humillo.
Pero puede que no,
que no haya más tangos en París,
que el lobo se meriende a Denis,
que no pase tornado hasta Oz.
Pero puede que no,
que aquel halcón no sea maltés,
que cumpla su condena Dantés
y el ángel encuentre el corazón.
esperando que destapes la palabra
que envuelta te mandé a fondo perdido,
fue mucho lo que ha llovido,
es mucho lo que me sangra.
Pero puede que no,
que no sea tiempo de palomitas,
batallas griegas en la salita,
y algún naufragio en el comedor.
Pero puede que no,
que no haya muertos en la nevera,
ni pistoleros por las aceras
pendientes de este viejo reloj.
Cartero rellamando a dos nudillos,
la harina en la cocina y el pasillo,
tu falda se repliega a mi tropiezo,
asesinas mi beso,
a tu vientre me humillo.
Pero puede que no,
que no haya más tangos en París,
que el lobo se meriende a Denis,
que no pase tornado hasta Oz.
Pero puede que no,
que aquel halcón no sea maltés,
que cumpla su condena Dantés
y el ángel encuentre el corazón.
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