domingo, 5 de diciembre de 2010

TENTATIVA DE VILLANCICO

Ya chirrían,
de nuevo,
las campanillas oxidadas.
El turrón rancio,
reeditado,
convoca insectos
al anual festín
de cadáveres de ilusión.
Porque otra vez
se hurta
el escaso afán de guirnalda,
No importa,
habrá más años,
como si del tiempo
hubiera garante.
No importa,
procede callar,
ponerse el traje de imbécil
y saltar de puntillas
sobre coloreadas fechas
pertrechado de teléfono.
Guardar rabia
en trastero repleto
y mirar al lado,
donde habita la ternura.


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