viernes, 26 de diciembre de 2008

BLASFEMIA NAVIDEÑA.


Campanas suenan
en las cajas registradoras,
endulzando bandas magnéticas
de tarjetas felices
de duro plástico suscrito.
Buena cara para el infame,
espíritu de calendario,
es el uso correcto,
apropiado,
qué bello es vivir.
Nostalgias y vacíos
sin envolver,
sin lazo rojo,
se acumulan en los días,
en las noches,
los primeros platos
y las sobremesas
tramitadas.
Cuentan que nació
quién nunca nos salvara,
esperanza blanca
de rancio turrón.
Sólo ves magos
en los ojos,
intencionadamente crédulos,
de los niños anhelantes
de lujos televisados.
A ritmo de pandereta
siguen silbando balas,
y el hambre vieja
se extiende en villancico.
Luces,
escaparates,
y cadáveres venideros
transitando las aceras.
San José,
eterno secundario,
de reojo mira al buey,
resignado al adulterio
y a la virginal frigidez
por imperativo legal,
divino.
Recelando de ángeles
publicistas,
anunciadores,
y de palomas torcaces,
sobrevolando los portales
de una infamia
milenaria.

1 comentario:

  1. Realidad total tu verso,pero de todos modos,QUE VELLO ES VIVIR.

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