viernes, 17 de octubre de 2008

EL ESTADO DE LAS COSAS

No parece que el viento,
caprichoso por natura,
voltee la veleta
que parece anclada.
No sale el sendero
del punto cardinal
en el que incide,
paralizada la aguja
de la brújula terca.
Anochece
por donde no debiera,
no una vez
sino demasiadas,
confundiendo los fluídos
y los pesos
y las nieblas
de mis hombros
en menguante.
No sé si hay gota
que el vaso colme,
o es el vaso manantial
en eterna cascada
de cieno.
El estado de las cosas
no es estado de derecho,
más que estado,
estación,
andén
de maleta a correa
 y pañuelo mancillado.
Chirría demasiado
el engranado grillete
y saltar,
a laderas veloces
de zarzas en huída,
puede ser dolor
mas alivio de aires.

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