Qué abrigos
de piel se buscan,
en furtivos labios,
mas ansiosos
de tu sed arcaica
que los que mezclan
azúcares
con acíbares
a cada cierto tiempo.
Qué abrazos sentidos,
sin lijas que te exfolian
a cada posible encuentro,
puedes hallar
sin cadenas,
sin herir ansias
ni quimeras.
Qué hacer
desde el abismo,
desde el filo
del desfiladero,
navaja que siempre corta.