lunes, 17 de diciembre de 2007

FECHAS

La escarcha pavimenta asfaltos ateridos y se ofrece el escaparate, cálido y tentador, al festivo derroche.
Absurdos ancianos vestidos de rojo trepan estáticos por las ventanas.
Falsa euforia en cenas casi obligatorias, de última cena, con sus Judas y sus Pedros, traicionando o halagando. Y la familia, el rito, el vuelo periódico de tarjeta de crédito y los licores más tolerados, casi ansiados, evaporando seriedades del que no conduce.
Dicen que nació, allá en tierras convulsas, santas y violentas, el que nos salvó de nada pues no tenemos salvación posible ni remisión.
Buenos deseos para el que solo quieres ruina. Tarjeta que bien podría ser de pésame, en envío automático, sistemático, programático, protocolario y de bien hacer.
Un año con promesas de mejoría, de abandono de vicios y propósitos de enmienda cuando, en verdad os digo, un año puede empezar cualquier día.
Luces y colores, figuras, dulces, juguetes de ensueño y un niño, abierto y limpio de mezquindades, sonríe y sueña.
Lo único que importa.
 

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