viernes, 30 de noviembre de 2007

LEVES NAUFRAGIOS

A oleadas,
un día inadvertido,
a motor bombeada
emerge la hondura
y te fallan las exclusas.
El humo del tabaco
ejerce de cabeza de turco,
coartada de la húmeda rojez
del ojo contenido.
Un niño te mira
con ojos de manantial
y escarba tus entrañas dolientes
poseedor de la verdad,
la limpia y afilada,
único sabedor de tu mal
de ida y vuelta.
Una nota,
monocorde de canción,
insulsa tonada,
sacude el arpa de tus tripas,
enredada,
desleído pentagrama,
atorando el trago
que se instala
en el centro convulso.
Dónde esconder
el grito,
jauría de dolores
no identificados
que galopan costillar.
Se encarece el aire,
respiras aliento,
reciclado y empobrecido
y la luz no vulnera
el denso visillo
de un mal día.
 

miércoles, 28 de noviembre de 2007

PARO DE ÁNGELES

Invitados a la indigencia,
los ángeles,
huérfanos de hombre desvalido,
duermen por los parques
escoltando palomas,
vendiendo plumas
del ala húmeda,
antes motor
y ahora lastre.
Desde cuatro esquinas,
los niños burlones
lanzan piedras crueles
contra el engendro alado.
No brilla el oro
de la ahora grasienta
melena apagada.
Desafina la trompeta
y el óxido de la espada,
sin llama de expulsión,
tiñe la ajada túnica.
No hay andén
con destino a Paraíso.

lunes, 26 de noviembre de 2007

TRAGOS

Una canción espesa,
un exabrupto con soniquete,
una mirada contraída
y la niebla se torna calima.
No hay vaso necio
mas sí sorbo impertinente,
sentencias de barra
sin coro,
sin momento,
atragantadas.
Busca la dormida
y calla hasta mañana.

jueves, 22 de noviembre de 2007

MALOS MALES

El nombre solapado,
sin pronunciar por doloroso,
de un mal feroz
perdura en el miedo.
El miedo libre y asumido
no huye con las certezas
de la cura posible.
Indaga el bisturí
en batalla épica,
aliado de agresivos alcaloides,
y la espera,
la espera y la prueba,
la prueba y el resultado
son nuevos compañeros
de ansia de vida.

lunes, 19 de noviembre de 2007

BIOGRAFÍA

Deambulaba sin timón,
tropezando
con hombros extraños,
miradas de hielo y tizón.
Era un barco de papel.
Un naufragio,
sabido y contado,
en turbias mareas de hiel.
Imposible de atracar,
no había puerto en Badajoz,
solo el río,
vertido en mi barrio,
regaba raíces de voz.
Y al fin armas yo velé,
y acabé
sorteando mi suerte,
en calles de un norte cruel. 
La serpiente me buscó,
no me tuvo
mas pudo dejarme
veneno encallado y dolor. 
Evitado el funeral,
fui a la Corte
donde ahora el cuchillo
mi carne quería catar.
Y es que es duro callejear,
entre plazas,
buscando furtivos,
en el núcleo de la Capital.
Y la hierba me llamó,
la manzana,
la lluvia en cortina
y el polvo dulzón del carbón.
Y ahora duermo en el Caudal,
con mi hada y con mujer,
arropado
con manta de musgo,
la encina me suele cantar,
desde lejos como no,
como un eco del ayer,
pues la tierra,
redonda y danzante,
los cantos suele devolver.
Cualquier día faltaré,
como falta,
todo lo que vive,
a la hora del cambio de ser.
Mis culpas no purgaré,
mis obras no durarán,
solo quede
el leve recuerdo
de un loco que no supo estar.

A LA CALLE

Hay que salir,
esquivar galopes
de caballos de mar,
reivindicando la acera
como arrecife.
No busques portales
de agua en cascada
donde esconderte
de llamas en procesión
que el fuego es ciego,
no puede verte
pero oye la carrera.
Saca las manos
de los bolsillos candados,
libéralas para la guardia
o el ataque preventivo
que hay puñal en cola.
Y flota el plomo
como llovizna,
mas no funde en el impacto,
lento perfora,
como norma cotidiana.
Denso tráfico
de rabia en carruaje,
carrozado obús
insensible al rojo
usurpa caminos
de paso olvidado.
El reloj no cede
ni atenua el retraso
por mucho accidente
y celada nueva
que fragüe el recorrido.

viernes, 16 de noviembre de 2007

SANGRE NUEVA, VIEJO ACERO

Tiene el filo
sed de piel
y el fuego hambre
de encarnadura.
Vidrio voladizo
y adoquín seco.
Dioses muertos,
resucitados de fieles,
pasean su recuerdo
en la ignorancia,
en el lema de spray
y odios viejos,
heredados de nadie,
acechan las esquinas,
el vagón
Y la glorieta inocente.
Mareas de grey,
en tribal berrea,
enarbolan banderas
siempre ajenas.
Agoniza el libro,
polvoriento de olvido,
única pócima
para el mal de rabia.

jueves, 15 de noviembre de 2007

ABUELO

Ojos de brillo perdido,
secos de años llorados,
que vieron todo,
el horror que aró los surcos
de la vieja cara
y nevó la testa orgullosa
del que solo espera
cerrar el libro.
Teme el ciclo,
el retorno de aquello
que no debió ser
y fue,
y hueca dejo el alma
de una tierra áspera
ávida de fosa y plomo.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

DÍAS LEVES

Hoy no profundizo,
hoy rozo silencioso,
de puntillas,
clandestino y ligero.
Hoy paso de paso,
asomado,
leve mirada,
oteando fugaz
y sigo.
Desecho ecuaciones
e incógnitas derivadas
y miro el aire,
el agua suspendida
en el clima oportuno.
El reloj desempleado
hoy no me reclama,
y estoy y no observo,
solo veo sin mirar
para que lo visto no provoque
análisis ni reflexión sesuda.
Hoy soy ser vivo,
huérfano de transcendencia,
respiro, como,
micciono, duermo.
Tal vez yazca,
del yacer amable,
y si no,
ayuno de carne
y reposo.
Mañana,
si amanece mañana,
veremos.

lunes, 5 de noviembre de 2007

EN PIE, OTRA VEZ

Te incorporas del lodazal,

donde no caíste,

donde te revolcaste

a sabiendas

y buscas lluvia,

agua clara de blanca nube

que arrastre las marcas

que te llevaron al cieno.

Hay que volver al camino,

al asfalto seguro y amplio,

abandonar el alambre

sobre el abismo,

mal funambulista

casi siempre ahorcado.

No hay jarabe para la culpa,

y la vergüenza extraviada,

solo el impulso nuevo,

reconducido,

te encarrila

lejos de la cuneta.

Mira la convergencia

de rutas en horizonte

y busca el ser

que quieres ser

y el estar

donde quieres estar

sin atajos ni rotondas.

Ni duele ni humilla

la bofetada oportuna

que espabila del letargo.

Nunca es bueno el sedante

si nubla realidades,

dolores,

rabias,

hastíos,

curan con voz amable

y ojo abierto,

deslumbrado.

 

viernes, 2 de noviembre de 2007

PATETISMO

Torpe despojo,

rozando el andrajo,

tomando atajos

de alcohol de abuso.

Qué logras

con la huída de abismo,

de desidia de vivir

lo que es debido.

No te absuelve

el arrepentimiento tardío,

de no hacer nada útil,

triste fantoche.

No hubo pecado

mas perdón tampoco,

por lo absurdo reiterado.

Qué será de ti

mañana,

recluso del error

del estribillo

desafinado siempre.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...