viernes, 19 de octubre de 2007

ME SUENA

No hay quien doble las esquinas,

pero sí quien las afile

o en inglete las corte

multiplicadas las sorpresas

de cada vuelta.

Cada nuevo encuentro

es un disparo de mirada,

escalofrío de gesto.

¿Te conozco?

Puede,

tal vez aquel día

te vendí una palabra,

no recuerdo,

mas familiar eres

aun en la extrañeza.

Creo recordar,

ahora parado en el sobresalto,

que te lo dije,

puede que sea cierto,

nos presentó el testigo

de grises manos.

Aquí el hombre,

aquí la muerte inoportuna.

Sea así

si no hay remedio,

apura el café cuajado,

paga

y vamos.

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