miércoles, 8 de agosto de 2007

MANIFIESTO

Recojo firmas,

recaudo adhesiones

para mi justa causa.

Reclamo el aire

donde flotan las palabras,

limpio del estruendo,

del grito y del llanto.

Demando panes

y peces multiplicados

por toda mesa honrada.

Exijo caminos,

encrucijadas para encontrarnos,

estrechar manos

y danzar juntos en las rotondas,

puentes sin fortificar

cruzando ríos de azúcar.

Les insto a que destierren

falacia y mentira

de todas las tribunas

y que los templos,

todos los templos,

sólo sirvan como estampa

o refugio cálido de caminante.

Pido papel de colores

para tejer vestidos infantiles,

disfraces de  a diario

para  todos los juegos

ajenos a toda vileza.

Reclamo libros a granel,

islas escondidas,

tesoros en botín,

gigantes y medianos,

elfos,

sirenas y cíclopes

y alocados caballeros

desfaciendo entuertos

por doquier.

Quiero violines

inundando todo viento,

toda brisa,

y un piano en la sala

de cada hogar,

de cada oficina,

de cada consulta,

y que el alba sea un concierto.

Suscriban el manifiesto,

somo más los de este lado,

no ha lugar la negativa,

la razón nos acompaña.

 

martes, 7 de agosto de 2007

CICLOS

No pasó nada,

toda mancha se limpia,

toda herida cicatriza,

toda ofensa era desvarío.

Todo normal,

como siempre,

cotidianeidad,

rutina alcanforada

y a esperar,

sentado en el banco

de tablas de incertidumbre,

a la próxima algarada,

al próximo grito,

espuertas de rencor,

estercoleros en diluvio

que pasarán,

se borrarán,

se curarán.

Otra vez el andén,

y el próximo expreso

te arrollará,

y pasará,

y otra vez,

no pasa nada,

es normal,

cosas que se dicen

y a esperar,

otra vez,

no pasa nada,

nada

y a esperar,

el estruendo

y el chaparrón,

que todo lo lava

y otra vez,

a esperar.

TORMENTA DE VERANO

Desayunando hiel

en rencor untada,

veneno solo,

sin azúcar

y zumo agrio

de rabia exprimida.

Nuevo día opaco,

reiterado almanaque

de hojas sucias,

polvorientas de hartazgo.

Atasco en el camino,

tramo en obras

sin apertura a la vista.

Embotellamiento de ahogos,

gritos colapsados

y la nube,

compañera vieja,

ofreciendo el rayo

como única luz,

feroz resplandor fugaz

de estruendo tardío.

Se anulan reservas

en hoteles futuros

y no hay billetes

en la sellada taquilla

de aquel concierto,

evento pasado,

suspendido por desastre.

Agosto de espejos ciegos,

grifos secos de ternura

y apelmazada toalla

donde retorna la mancha,

acartonado odio

de almidón negro.

Hoy no descongela

el respeto en cubitera,

y hay que beberse el día

así,

tibio y espeso.

lunes, 6 de agosto de 2007

LOCURAS

Como ejercer de cuerdo

si me pierdo en el delirio,

si las voces van conmigo

y en las muecas yo me esmero.

Profesional del desvarío,

del disparate y la pirueta,

suspendido en la cometa

sobrevuelo lo que es mío.

No hay un terno razonable

que disimule mi transtorno,

mi locura es con retorno,

mi lucidez impugnable.

Tengo plaza en manicomio,

residencia vitalicia

tras el espejo de Alicia,

donde habitan los demonios.

 

CAUDALES

Debo remar más fuerte,

desviarme de corrientes

escapando del natural flujo,

rehuir la orilla

y el pedregal donde varo.

Debo llegar,

llegarte y llegarla.

Llegarnos bajo el puente

donde guardar la barca,

antes de desembocar

perdidos en la resaca

de un horizonte plano.

Mis hombros descolgados,

desanclados por tercos,

se duelen por el lastre

mas avanzan rotando,

mechando la carne agarrotada.

Debo rasgar el río,

dividirlo haciéndolo sendero

para seguir camino,

oreando al sol tardío

las ropas y los huesos.

 

 

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...