lunes, 23 de julio de 2007

EDENES

Fácil sería huir

a donde emigran las rosas,

donde gobierna la cigüeña

y el lobo,

ministro de lo justo,

envía leones armados

a desterrar la hiena.

Donde hubiera tierra

sin ocultar cadáver prematuro,

donde el agua no anegue,

solo de riego,

medicina de sed

lavando escorias.

Como no pedir visado

y expatriarse sin raíz tirante

a un lugar cierto,

de leyes a un renglón,

donde,

al llegar la muerte,

te demande con un beso.

1 comentario:

  1. Sinceramente, La Muerte que no me demande ni con un beso, ni con nada...

    :-)

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