viernes, 13 de julio de 2007

BITÁCORA

Recalé en los puertos

mas inhóspitos que hubiera,

expuesto a la intemperie,

a las galernas del existir.

Navegué zozobrando

en reglamentos y morales

y estático permanecí

en la calma chicha del hastío.

Abordé otras naves,

con el ansia del corsario,

saqueando sus bodegas,

sus motines de vivencia,

y abandonándolas al pairo.

Y otras goletas me abordaron,

provocando mil naufragios

hacia mil islas desiertas

que me acogieron como estaba,

reparando el cabotaje,

listo para otra botadura.

Y aquí estoy,

dudando en este puente,

con bitácora incierta

y brújula de imprevisible rumbo,

mástiles quebradizos

y regusto de salitre,

voluble timón

sumiso de las corrientes.

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